Los sectores de automoción, construcción, consumo duradero, electrónica, financiero, maquinaria, metalurgia, papel, servicios, siderurgia y textil presentan un alto riesgo de crédito en España.
- Agricultura – Riesgo medio
En el primer semestre de 2020, el sector se vio afectado por problemas de transporte a causa del confinamiento y la alta tasa de infecciones entre los temporeros extranjeros en el subsector de frutas y hortalizas. Aunque la agricultura no es uno de los sectores más afectados por la pandemia, sigue enfrentando las incertidumbres que ya existían antes de la pandemia, como la presión sobre los precios por parte de los grandes minoristas, los efectos del Brexit y los aranceles de Estados Unidos sobre los productos agrícolas de la Unión Europea. Se prevé que el valor añadido de la agricultura se contraiga en torno al 2% en 2021, tras un aumento estimado del 3% en 2020.
- Alimentación – Riesgo medio
La presión sobre los precios de los grandes distribuidores obliga a los productores y procesadores de alimentos a ajustar sus márgenes. Muchas empresas alimentarias presentan un elevado apalancamiento a corto plazo. La recesión económica supone siendo un riesgo a la baja que podría provocar un deterioro del riesgo crediticio de las empresas, especialmente cuando se trata de empresas alimentarias dependientes de la exportación. Además, sigue existiendo incertidumbre sobre la política de aranceles comerciales de Estados Unidos. Debido al confinamiento en el primer semestre de 2020 y a la mala evolución del turismo, los proveedores de alimentos a hoteles y restaurantes, especialmente las empresas de bebidas han sufrido un deterioro de las ventas. Se estima que el valor añadido del sector se ha contraído un 3,5% en 2020. En 2021 se prevé que el valor añadido crezca un 5%. Tras crecer en el segundo trimestre de 2020, la morosidad y las insolvencias se mantienen estables.
- Automoción y transporte – Riesgo muy alto
El transporte se ve muy afectado por la pandemia y las medidas de contención adoptadas, especialmente en el segmento del transporte de pasajeros. Se estima que el valor añadido ha disminuido un 22% en 2020. El repunte en 2021 sigue estando sujeto a un riesgo a la baja debido a la pandemia en curso. En el sector del automóvil, la producción de vehículos disminuyó un 19% en 2020, con un fuerte deterioro de las ventas. La mayoría de las empresas cerraron temporalmente sus actividades a principios de 2020, lo que ha provocado una importante disminución de los márgenes y resultados de los fabricantes, proveedores y concesionarios de automóviles. La morosidad en la industria aumentó en el primer semestre de 2020, pero la situación mejoró notablemente en el segundo. Sin embargo, las insolvencias empresariales han aumentado en los últimos meses. Se espera que las insolvencias se mantengan estables en el primer semestre de 2021.
- Construcción y materiales – Riesgo muy alto
Antes de la pandemia, el sector ya afrontaba un crecimiento del riesgo crediticio, principalmente entre los actores más pequeños. Debido a la fuerte recesión inducida por la pandemia, las empresas se ven afectadas por el aplazamiento de proyectos y la reducción del volumen de pedidos, especialmente en el segmento de las obras públicas. Aunque las licitaciones se reiniciaron en mayo de 2020, se espera que las inversiones se recuperen a medio y largo plazo cuando los fondos del Plan Europeo de Recuperación proporcionen un estímulo a la industria en 2021 y más adelante. En el segmento de la construcción residencial, la demanda se ve afectada por el aumento del desempleo, y los promotores podrían enfrentarse a una posible desaceleración de las ventas. Dicho esto, el mercado de la remodelación de viviendas ha mejorado. Se estima que el valor añadido de la construcción y los materiales se ha reducido un 14% y un 8% en 2020, respectivamente. La morosidad y las insolvencias han disminuido en el segundo semestre de 2020, pero se espera que vuelvan a aumentar en el transcurso de 2021 si expiran los estímulos fiscales.
- Consumo duradero – Riesgo muy alto
Las ventas de bienes de consumo duradero se han deteriorado debido al impacto del coronavirus, con muchos negocios cerrados temporalmente debido a los confinamientos. El consumo privado en España disminuyó más de un 13% en 2020. Aunque hubo un modesto repunte en el segundo semestre de 2020, el distanciamiento social impuesto desde finales de año ha deteriorado la solidez financiera de muchas empresas. Se espera que la morosidad y las insolvencias aumenten en los próximos meses. Tras el posible levantamiento del confinamiento en los próximos meses, los bajos niveles del sentimiento de los consumidores y el fuerte aumento del desempleo podrían dificultar un repunte a corto plazo. Se prevé que el valor añadido del sector repunte solo un 8,6% en 2021, tras una contracción del 26% en 2020.
- Electrónica y TIC – Riesgo alto
En 2020 las ventas del sector se han deteriorado debido al cierre de negocios durante los confinamientos. Aunque el aumento del comercio electrónico y las ventas de equipos para telecomunicaciones han compensado en parte este descenso, se estima que el valor añadido de las TIC ha disminuido un 8% en 2020. En 2021 se prevé un repunte del 2%, pero los bajos niveles del sentimiento de los consumidores y el aumento del desempleo podrían obstaculizar un repunte a corto plazo. Dicho esto, no se espera que la morosidad y las insolvencias aumenten significativamente en los próximos meses.
- Financiero – Riesgo alto
El sector se ha visto afectado por la recesión económica y los aumentos de los problemas financieros tanto para las empresas como para los consumidores. Esto podría provocar un incremento de la morosidad, aunque ésta se vería parcialmente mitigada por las garantías ofrecidas por la Administración. El proceso de reestructuración iniciado hace varios años continúa, y el sector sigue inmerso en un proceso de reajuste y fusiones para mejorar su eficiencia y adaptarse a la transformación digital. Esta última incluso se ha acelerado en los últimos meses como consecuencia de la pandemia. Este proceso está impactando en el número y tamaño de las entidades financieras, la cantidad de empleados y oficinas y en los canales de atención al cliente.
- Maquinaria e ingeniería – Riesgo alto
Los pedidos en curso y la producción disminuyeron considerablemente en el primer semestre de 2020 y las interrupciones de la cadena de suministro a principios del año pasado tuvieron un impacto negativo. Se estima que el valor añadido de la ingeniería se ha contraído un 12,5% en 2020. Tras aumentar en el segundo trimestre de 2020, la morosidad y las insolvencias han disminuido en el segundo semestre y se espera que se mantengan estables en el primer semestre de 2021.
- Metalurgia – Riesgo muy alto
El año pasado, el sector sufrió debido al deterioro de la demanda de los principales sectores compradores como automoción, construcción y maquinaria. El sector se caracteriza por una gran presión sobre los márgenes. Las repercusiones de la pandemia han provocado un mayor deterioro de la solidez financiera de las empresas. Se estima que el valor añadido del sector se ha contraído casi un 8% en 2020. No obstante, tanto la morosidad como las insolvencias volvieron a mejorar en el segundo semestre de 2020 tras el deterioro en los primeros meses de pandemia. Esta tendencia de mejora debería continuar en la primera mitad de 2021.
- Papel – Riesgo alto
El sector se ve afectado estructuralmente por el proceso de digitalización en curso. En 2020, los envases de cartón se comportaron mejor que otros segmentos, debido a la demanda estable de la industria alimentaria y al aumento del comercio electrónico durante el periodo de confinamiento. Se prevé que el valor añadido de la industria del papel repunte solo un 0,5% en 2021, tras un descenso estimado del 4% en 2020. Tanto la morosidad como las insolvencias volvieron a mejorar en el segundo semestre de 2020, tras el deterioro en los primeros meses de pandemia. Esta tendencia de mejora debería continuar en la primera mitad de 2021.
- Químico y farmacéutico – Riesgo medio
En 2020 muchas empresas químicas sufrieron debido al deterioro de la demanda de los principales sectores compradores a nivel nacional y mundial. Se estima que el valor añadido de los productos químicos se contrajo un 6,5% en 2020, con una previsión de repunte del 4,5% para 2021. El subsector de la cosmética sigue en apuros, gravemente afectado por el cierre generalizado de minoristas, el menor consumo de los hogares y las actuales medidas de distanciamiento social. Los productos farmacéuticos siguieron beneficiándose del aumento de los gastos sanitarios, y se prevé que su valor añadido crezca un 2% en 2021 tras un aumento del 4% en 2020.
- Servicios – Riesgo muy alto
Debido a las amplias medidas de distanciamiento social, muchos segmentos sufrieron en 2020, especialmente los hoteles, los restaurantes, los bares, los espectáculos, los eventos culturales, las agencias de viajes y los operadores turísticos. La esperanza de un fuerte repunte en el verano de 2020 se vio truncada por el resurgimiento de las infecciones en España, que provocó un fuerte descenso del turismo y nuevas medidas de confinamiento impuestas en el cuarto trimestre. La llegada de turistas extranjeros disminuyó drásticamente en 2020. Se prevé que el valor añadido de los servicios repunte solo un 1% en 2021, tras una contracción estimada de más del 12% en 2020. El segmento de la hostelería disminuyó un 26% el año pasado. Tanto la morosidad como las insolvencias aumentaron bruscamente en el primer semestre de 2020, y aunque en el segundo semestre se ha producido cierta mejora, los ratios de impago siguen siendo más elevados que en otros sectores. La evolución del riesgo de crédito en 2021 dependerá de la evolución de la pandemia y del despliegue de las vacunas.
- Siderurgia – Riesgo muy alto
En 2020 el sector sufrió por el deterioro de la demanda de los principales sectores compradores como automoción, construcción y maquinaria. El sector se caracteriza por una gran presión sobre los márgenes y una baja rentabilidad. Las repercusiones de la pandemia han provocado un mayor deterioro de la solidez financiera de las empresas. Se prevé que el valor añadido del sector solo repunte un 8,5% en 2021, tras una contracción estimada del 19% en 2020. Tanto la morosidad como las insolvencias mejoraron desde el segundo semestre de 2020 tras el deterioro en los primeros meses de pandemia. Esta tendencia de mejora debería continuar en la primera mitad de 2021.
- Textil – Riesgo muy alto
El sector ya sufría, antes del brote de coronavirus, una competencia feroz y márgenes escasos. Se calcula que el valor añadido del sector se ha contraído un 7% en 2020. Los pequeños minoristas se ven especialmente afectados por los efectos negativos de los confinamientos y el escaso ánimo de los consumidores. Aunque la morosidad ha disminuido en el cuarto trimestre, ha aumentado significativamente en 2020. El número de insolvencias es elevado y se espera que siga aumentando en los próximos meses.